Cuando piensa en un hostal, lo primero que viene a la cabeza probablemente sea “asequible”. Sin embargo, los albergues son mucho más que su precio.
Probablemente habrá escuchado suficientes anédoctas impresionantes y relatos de terror acerca de esta opción universal de estancia corta. La emoción de la aventura es atractiva, pero el riesgo también es considerable.
Para darle una mejor idea de lo que puede esperarse, le ilustramos a continuación los pros y los contras de elegir alojarse en un albergue en su próximo viaje.
Los pros
Expande sus horizontes sociales
Conocer personas del extranjero y hacer amigos es una garantía no mencionada de la experiencia en un albergue. Conocerá a un montón de personajes pintorescos que harán que su estancia sea inolvidable.
Ábrase a la gente y ellos le corresponderán. Darlo todo demasiado pronto podría ser abrumador, así que empiece a relacionarse con otros compañeros de viaje como usted y a ver a dónde eso le lleva. Para romper el hielo, compartan historias mientras disfrutan de un café o de un refresco. Que no le dé vergüenza juntarse con un grupo ya formado o cambiar su itinerario para probar algo nuevo.
Da igual que sea extrovertido, introvertido o ambivertido: su vibración atraerá a su tribu.
Nunca hay un momento aburrido
Imáginese amanecer para contemplar una pintoresca salida del sol, desayunar con viajeros de ocho países distintos, disfrutar de un recorrido a pie de la ciduad, ir de bar en bar con sus nuevos amigos y regresar por la tarde a una casa llena de alegría. Todo esto puede acontecer cuando uno se aloja en un albergue.
Los albergues a menudo organizan eventos para que los huéspedes rompan el hielo, o le pueden indicar las atracciones imperdibles de la zona y emparejarle con alguien que ya tiene un plan.
Claro está que puede estar por su cuenta también, pero intente encontrar el equilibrio entre quedarse dentro y aventurarse por ahí. Se sorprenderá de cuántos recuerdos para colleccionar le esperan en las áreas compartidas del albergue.
Su dinero está bien aprovechado
Nadie elige los hostales por los lujos, pero va a tener lo básico y algo más. A parte de las habitaciones, los albergues disponen de cocinas suficientemente equipadas, instalaciones de lavandería y zonas comunes. No se pierda las áreas recreativas como la sala de juegos o la biblioteca si la hay: ahí se halla el centro de la diversión.
Converse con la gente amigable de la recepción para obtener consejos únicos acerca de qué visitar, comer y cómo llegar ahí. Si se queda en el albergue más de un par de días, puede realizar trabajos voluntarios con el personal y matar dos pájaros de un tiro consiguiendo comidas o noches adicionales gratuitas.
Los contras
No hay mucha privacidad
Si es usted el tipo de persona que valora su espacio personal, puede que el albergue no sea lo suyo. El inconveniente de tener un montón de compañeros de viaje a su alrededor es que hay que compartir el espacio con ellos. Dormirá, comerá y probablemente usará el cuarto de baño estando muy cerca de otra gente.
No hay muchas restricciones explícitas, pero la etiqueta de los albergues impone que usted no puede portarse como si el lugar le perteneciera: no esparza sus pertenencias por el suelo, no hable en voz alta por el altavoz del teléfono, no encienda las luces a su antojo y evite las aventuras románticas. No es lo que sus compañeros de habitación se esperan y a usted tampoco le gustaría si estuviera en el lugar de ellos.
Si hay una lección que aprender, es ésta: no haga nada que no quiera que le pillen haciendo.
Tiene que valerse por sí mismo
Por mucho que todo el mundo parezca cordial, no baje la guardia nunca en cuanto a su seguridad o sus pertenencias. Cuide de sí mismo y cuente consigo mismo primero, los demás vienen luego.
No borre su lista de los artículos de viaje antes de que éste termine: utilícela a la hora de la salida del albergue para asegurarse de irse con todo lo que se trajo. Aún mejor, haga un repaso de la lista cada vez que vuelva a la habitación después de sus aventuras diarias.
Si está con un grupo, reúnan sus pertenencias en un solo lugar y hagan turnos para vigilarlas. Si está solo, guarde bajo llave los objetos de valor como su carné de identidad y dinero en efectivo o llévelos consigo a todas partes. Las riñoneras o los cinturones de dinero son perfectos para esto último.
La paciencia es una virtud
Usar los baños, duchas y lávabos conlleva tener paciencia, a menos que no consiga salirse con la suya yendo al baño solamente cuando todos los demás están durmiendo. Con menos gente y un poco de suerte de su lado, podría conseguir elaborar un horario razonable.
Lo mismo dígase por el dormitorio, aunque las camas se asignan de antemano. Si le toca la litera inferior, prepárese para que se convierta en el vertedero improvisado de los transeúntes y en el lugar de reunión de los amigos. Pero esto pasaría en el peor de los casos: las literas son de acceso fácil y puede pedir a los “ocupas” que tengan la amabilidad de marcharse cuando se sienta incómodo.
Optimizar los pros evitando los contras
Elija con cabeza
No todos los albergues están repletos de fiesteros. Ni tampoco todos están tranquilamente escondidos en un pintoresco barrio. Como pasa con los hoteles, los destinos de vacaciones importantes tienen un abanico de albergues. Elegir el hostal correcto puede marcar la diferencia entre tener una experiencia miserable o la mejor de su vida.
Sea honesto consigo mismo acerca del tipo de viaje que realmente quiere que éste sea. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Qué quiere hacer y ver? ¿Cuánta interacción social puede soportar realmente? ¿Quiere dejarse ir y salir de fiesta, o pasar su tiempo libre leyendo y relajándose?
Las respuestas a estas preguntas le guiarán hacia el albergue ideal.
Además, tome en cuenta estos factores:
- Lugar- ¿Está cerca de las atracciones más importantes que quiere ver? Si no, ¿merece la pena gastar tiempo y dinero extra en transporte?
- Coste – ¿Se ajusta la tarifa a su presupuesto? ¿Qué está incluido? ¿Hay cargos ocultos? ¿Son aceptables sus condiciones de pago?
- Comodidades – ¿Está disponible lo que considera básico? ¿Será flexible con respecto a eso, pero sacará más provecho de la estancia en general?
- Preferencias – ¿Necesitas una habitación específica según el género? ¿Tiene requisitos para dormir a los que puedan adaptarse?
Las reseñas son de valor inestimable para averiguar estos detalles y obtener información sobre cosas en las que quizá no había pensado. Reserve sólo a través de plataformas legítimas o del sitio web del albergue. Una sólida investigación y un poco de suerte pueden hacer que consiga el albergue de sus sueños.
Consejos para una buena estancia en albergue
Sea un huésped respetuoso
Cinco dedos de una mano no son iguales, así que es poco probable que cinco (o más) desconocidos en un espacio reducido lo sean. Pero tienes cosas mucho mejores que hacer que malgastar tu energía en conflictos.
Evitarlos es fácil.
Qué hacer:
- Limpie después de ensuciar
- Ofrezca una mano de ayuda cuando se necesite
- Respete las reglas de la casa
Qué evitar:
- Ser exigente
- Usar las pertenencias de los demás
- Tratar a los demás como no querría que se le tratara a usted
Recuerde sus modales y conceda a los demás el beneficio de la duda por los suyos. Su estancia es temporal, y todo el mundo está allí para pasarlo bien.
Lleve su…todo
Lleve lo que vaya a necesitar, aunque pueda estar disponible en el albergue. Compartir lo esencial no es agradable si es con alguien que no es de la familia o comparable. Además, se alegrará de que le sobre en lugar de que le falte.
Esta es la lista de artículos imprescindibles en un albergue (no es exhaustiva, pero servirá):
- Higiene: artículos de aseo, toallas, zapatillas de ducha, toallitas/pañuelos de papel
- Seguridad: candado pequeño para la taquilla, spray de pimienta/táser (sólo si es legal en el país de visita)
- Autocuidado: medicamentos, antifaz para dormir, refrigerios, manta/funda de almohada
- Electrónica: cable de carga, adaptador universal, regleta, auriculares
- Varios: dinero en efectivo para emergencias, tarjeta SIM local, plan de seguro de viaje
La moraleja es la siguiente: la experiencia de los albergues puede ser muy gratificante, pero no es para los pusilánimes, ni para los más reservados. Ahora que tiene el panorama completo, puede reservar su albergue con confianza.