Es difícil prever la posibilidad de enfermar durante un viaje. Si estamos en el extranjero, suponemos que nuestro seguro de viaje nos salvará la vida. Una distinción importante que la mayoría de la gente tiende a pasar por alto es que el seguro ayuda a prevenir la pérdida financiera, no el problema en sí.
Incluso si tiene un seguro, es mejor que esté atento a los indicios de las emergencias médicas más comunes, para estar mejor preparado para afrontarlas.
Aunque no podrá evitar que otras personas sean descuidadas, sí puede tomar algunas medidas para mitigar el riesgo de que las lesiones graves arruinen sus vacaciones perfectamente planificadas.
A continuación, hemos creado una lista de emergencias a las que hay que prestar atención, y cómo prevenirlas o superarlas.
Las emergencias médicas más comunes que ocurren durante las vacaciones
1. Mal de altura
En realidad, esto es bastante común. Las personas que suelen visitar las montañas o que han vivido en ellas durante largos periodos de tiempo no suelen sufrir el mal de altura.
Si es la primera vez que viaja a la montaña, y sobre todo si va a permanecer a gran altura, esté atento a estos síntomas: náuseas aleatorias, mareos, dolores de cabeza de tipo migrañoso, falta de aire e hinchazón de las extremidades.
El mal de altura puede, en algunos casos, resultar mortal, o hacer que una persona caiga en coma si no se trata. Por lo tanto, no se limite a tomar una aspirina para ese dolor de cabeza que tiene si está a más de 800 metros: acuda inmediatamente al médico.
Aquí hay tres cosas importantes que hay que tener en cuenta:
El mal agudo de montaña (MAM) suele ser más peligroso para las personas con problemas cardiovasculares o pulmonares.
El hecho de que no lo haya contraído en un viaje anterior no significa que sea inmune en los futuros.
El MAM es bastante común y generalmente inofensivo, pero si lo contrae, utilícelo como señal de advertencia de que corre el riesgo de sufrir formas más mortales de MAM.
Esto es lo que puede hacer al respecto:
- No suba demasiado. No suba más de 300-400 a la vez. Tómese al menos un día para aclimatarse a cada nuevo nivel de altitud antes de pasar al siguiente. Esto ayuda a su cuerpo a adaptarse a la falta de oxígeno en los puntos más altos de la montaña.
- Consuma mucha cantidad de agua.
- Siga una dieta ligera pero rica en calorías. Además, evite el ejercicio durante las primeras 24 horas hasta que se haya aclimatado.
Recuerde, en cuando advierta los síntomas, deje de subir. Al empeorar los síntomas, descienda inmediatamente. En caso de duda, consulte a un médico.
2. Traumatismos, esguinces, fracturas y conmociones cerebrales
Toda esos accidentes s son causados más comúnmente por resbalones, caídas o golpes. Por cierto, los accidentes de tráfico son la causa más común de muerte de los estadounidenses que viajan al extranjero por negocios o por placer, según el Centro de Control de Enfermedades.
Las calles desconocidas o mal mantenidas son una de las principales causas de esguinces y fracturas, al igual que la acera con bordillos altos. Lleve un calzado cómodo y planifique sus actividades en función de su estado físico: no haga una caminata de 16 kilómetros si es propenso al asma.
Si alguien de su viaje sufre una fractura, un esguince o una conmoción cerebral, no se asuste. En el caso de las fracturas, mantenga el mínimo movimiento y asegúrese de que el paciente esté hidratado. Para las conmociones cerebrales, limite las luces brillantes y el movimiento de la zona de la cabeza y el cuello. En el caso de las heridas, hay que contener las hemorragias, tapar las heridas abiertas y consultar al médico. Pero, lo más importante, en todos los casos, busque atención médica inmediatamente.
3. Problemas cardiovasculares/ pulmonares/respiratorios
Nadie quiere pensar en sufrir un derrame cerebral o un ataque al corazón mientras está de vacaciones. Suele ser lo último en lo que piensa todo el mundo.
Tendemos a suponer que los infartos de miocardio sólo se producen en entornos de mucho estrés, y nos olvidamos de pensar en qué hacer en caso de que se produzca uno. Aunque lo único que se puede hacer para cualquiera de estos problemas es buscar rápidamente atención médica de urgencia, aquí hay algunas cosas que puede hacer para prevenir la aparición de dichas complicaciones:
- Lleve sus medicamentos. Si tiene previsto hacer un viaje de 20 días, lleve medicamentos para 30 días.
- Lleve las recetas y los expedientes médicos. Le serán útiles en la aduana si lleva un gran número de pastillas, así como en las emergencias, ya que indicarán a los médicos extranjeros qué hacer y qué no hacer en los tratamientos.
- Compruebe su seguro. Encontrar el seguro adecuado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte: compruebe que su destino o actividad están cubiertos llamando a su agencia. Otro factor que hay que tener en cuenta es que no todas las agencias de seguros cubren los accidentes sufridos durante el viaje en avión o a bordo de un barco.
Si sabe que es propenso a estos problemas, limite su consumo de sal y alcohol en la medida de lo posible, e intente hacer 30 minutos de ejercicio al día.
4. Alergias
Las alergias pueden ser un verdadero fastidio. Se encuentra lo suficientemente bien como para no requerir atención médica, pero lo que queda del viaje se arruina.
Llevar sus pastillas, sprays e inhaladores puede hacer la diferencia entre que su viaje sea memorable o terrible.
La mayoría de los brotes alérgicos pueden solucionarse con un antihistamínico de venta libre. Sin embargo, en algunos casos, las alergias pueden provocar graves ataques de asma, o incluso un choque anafiláctico mortal.
Para evitar sucumbir a las alergias, investigue. Saber si alguno de los desencadenantes de su alergia está presente en la zona que va a visitar le ayudará a planificar en consecuencia.
Si va a viajar a una zona nueva, considere la posibilidad de hacerse una prueba de alergia, ya que nunca se sabe a qué se es alérgico hasta que se reacciona a ello.
Más vale prevenir que curar
- Seguro de viaje. La mayoría de los planes de seguros de viaje nacionales no ofrecen cobertura fuera de su país. Incluso si lo hacen, estará sujeto a un copago, una franquicia y un coaseguro más elevados y seguirá sin cubrir muchas prestaciones relacionadas con el viaje, como la evacuación médica de emergencia, la repatriación de restos, la pérdida de equipaje etc. Por tanto, opte por un plan de seguro de viaje. Además, guarde en su teléfono los números del consulado o la embajada más cercanos de su país.
- Conózcase a sí mismo. Nadie conoce su cuerpo mejor que usted, así que organícese en consecuencia. Si sabe que tiene riesgo de sufrir ataques de asma, no planees actividades extenuantes y asegúrese de llevar inhaladores adicionales.
- Investigue. Si se alejas de los caminos habituales, memorice la ubicación de los centros de primeros auxilios más cercanos e informe a alguien sobre la ruta que piensa seguir: esto puede ayudar a los servicios de emergencia y a los equipos de búsqueda y rescate a encontrarle en caso de que algo salga mal.
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