¿Le apetece tener las piernas atrapadas debajo de la bandeja del asiento cuando la persona que está delante de usted empieza a reclinar su asiento del avión de repente? Tampoco le apetece a la persona que está detrás de usted.
Con el espacio para las piernas cada vez más reducido en los aviones comerciales, la conveniencia de reclinar los asientos en la clase turista, y la forma de hacerlo, son cuestiones de gran debate.
En los últimos años, la distancia entre los asientos de la clase económica se ha reducido a apenas 71 centímetros. Esto significa que, ahora más que nunca, los pasajeros se ven obligados a adoptar posturas forzadas en los vuelos de larga distancia. Reclinar el asiento del avión es el único resquicio de esperanza en esta situación, así que es razonable querer hacerlo.
Sin embargo, reclinar el asiento del avión es más complicado de lo que parece. Es un tema controvertido que hay que tratar con cuidado. De lo contrario, una escaramuza en el cielo está casi garantizada.
Hemos condensado el proceso en siete sencillos pasos. Vamos a verlos.
Regla nº 1: mire detrás de usted
Parece que las formas primitivas de la selva siguen siendo válidas: hay que mirar detrás de usted antes de relajarse.
Pero la intención es muy diferente: lo que hay que buscar no es el peligro, sino señales de que no se hace daño a alguien en su búsqueda de comodidad. Esta es la forma óptima de evitar el conflicto.
Nunca recline su asiento en las siguientes situaciones:
- Durante el servicio de comidas: es probable que la persona que está detrás de usted esté comiendo y si usted se reclina hacia atrás, podría hacer que su comida se mle derrame encima.
- Si la persona detrás de usted tiene rodilleras debido a una condición médica, si usted se reclina hacia atrás podría hacerle daño a las rodillas.
- Si la persona que está detrás de usted es inusualmente alta, también podría lastimarle las rodillas. Espere a ver si le piden que no se recline demasiado.
- Cuando el asiento está ocupado por su hijo, reclinarlo es innecesario.
- No es necesario reclinar para viajes rápidos de menos de dos horas.
- No te reclines cuando el avión esté subiendo o haciendo su descenso final para aterrizar.
Regla nº 2 : avise, no pida
Aunque hayas comprobado que no hay razones visibles para no reclinarse, no es buena idea hacerlo de repente. Si se reclina sin avisar a la otra persona, es probable que le coja por sorpresa.
He aquí algunas formas sutiles de avisar al pasajero que está detrás de usted antes de que empiece a reclinar su asiento en el avión:
- Haga evidente que está comprobando si puede reclinarse. Si le pillan mirando, estarán mejor preparados.
- Puede mirar hacia atrás con una sonrisa y un gesto de asentimiento para indicar su intención.
- Si la persona que está detrás de usted ya está reclinada, usted puede reclinarse también sin dudarlo.
- Si no está reclinada, recline su asiento gradualmente, entre un 10 y un 20%. Si no hay señales de protesta, reclínelo más.
Recuerde que nunca debe pedir a la persona de atrás si puede reclinarse o no: no es su permiso lo que tiene que darle. Y está usted en su derecho. Además, si le dieran la opción, la mayoría de la gente le pediría que no se reclinara. Así que, ¿por qué darles la oportunidad?
Regla nº 3 : espérese y respete que se opongan
Invadir el espacio personal de alguien, ya de por sí limitado, puede irritar a algunos. Pero no es necesario que se convierta en una pelea feroz.
Llegar a un término medio debería ser su principal propósito: si quiere reclinarse y la persona que está detrás de usted protesta por ello, propóngale que no se reclinará del todo.
Tal vez pueda volar con bastante comodidad con sólo un 40% de reclinación. Entonces no hay necesidad de inclinar el asiento hacia atrás más que eso y algo es mejor que nada. De este modo, de alguna manera, tanto usted como su compañero de viaje pueden conseguir lo que desean.
Regla nº 4 : las palabras hablan más que las acciones
A veces, también puede estar en la situación contraria: tal vez sea usted el que está siendo molestado por la persona que tiene delante. ¿Cómo debe dirigirse a ellas?
Esto es todo lo que debe y no debe hacer al pedirle a alguien que adelante su asiento:
- Tóquele suavemente el hombro y explique su situación. Asegúrese de tener una razón sólida que sea más seria que “no me gusta” o “es incómodo”.
- El tono es importante. Si lo expresa amablemente y con una sonrisa, es más probable que accedan a su petición. Sonreír también puede atenuar cualquier posibilidad de hostilidad.
- Aunque las cosas no parezcan ir como quiere, contrólese: el abuso verbal y los gritos no van a resolver nada.
- Nunca recurra a la fuerza física, como empujar o patear su asiento.
- También es probable que se meta en problemas si pega algo contra el asiento para que no se recline.
Mantenga la calma y resuelva el asunto de forma amistosa. Ceder a la ira pondrá a todo el avión en su contra, incluso si tiene la razón. Ser amable le llevará a estar cómodo.
Regla nº 5 : es hora de llamar al auxiliar de vuelo
Cuando las cosas parecen estar fuera de control y no se puede llegar a una solución amistosa, es el momento de recurrir a una tercera persona con autoridad: el auxiliar de vuelo.
Recuerde que los auxiliares de vuelo tienen cuestiones más importantes que atender que enredarse en su riña. Por lo tanto, llamarlos debe ser su último recurso.
Dado que se trata de una disputa bastante antigua y popular, lo más probable es que la tripulación de cabina se enfrente a este problema con frecuencia. Por lo tanto, puede dejar que lse encarguen de solucionarlo.
Regla nº 6 : acepte un “no” por respuesta
Comprenda cómo funciona la situación: la persona que ocupa el asiento decide si lo reclina o no, y en qué medida. Puede hacer una petición, y también el auxiliar de vuelo, pero no es una orden que el pasajero esté obligado a cumplir.
Así que, si tiene la mala suerte de tratar con alguien totalmente reacio a comprometerse, sus súplicas caerán en saco roto: harán lo que quieran a pesar de las molestias que les causen.
En este caso tiene que parar: es inútil tratar de convencer a esta persona.
Por mucho que lo intente, a veces fracasará, y no hay nada que pueda hacer al respecto. Así que acéptelo como su mala suerte y haga todo lo posible por mantenerse ocupado durante el resto del vuelo.
Regla nº 7: cambiar de asiento es su mejor jugada en este caso
Si su situación es realmente grave y no puede soportar ni un segundo más de tener el asiento de alguien acurrucado en su regazo, intente que le cambien el asiento. Un asiento de la fila de salida es una gran opción, ya que suele tener más espacio para las piernas. Además, los asientos de las filas de salida no son reclinables. Ahí no hay posibilidad de un enfrentamiento en el aire.
Los auxiliares de vuelo pueden ayudarle con esto. Quizás ellos mismos ofrezcan un asiento vacío si no consiguen que la persona de delante deje de reclinar su asiento.
La búsqueda de la comodidad
El hecho es que, a menos que esté dispuesto a desembolsar el dinero para volar en primera clase, no hay garantía de que vaya a estar perfectamente cómodo en un vuelo de larga distancia. Sin embargo, si toma las medidas adecuadas, puede minimizar las molestias.
Una forma de estar más tranquilo en su próximo vuelo internacional es adquirir un seguro de viaje antes de partir. Un plan de seguro de viaje le ayudará a obtener un rembolso de los gastos anticipados y no reembolsables en caso de que su vuelo se cancele o retrase, y le proporciona cobertura en caso de pérdida o retraso del equipaje y de problemas médicos inesperados en el extranjero. Es una forma de reducir el estrés que un viaje internacional supone, incluso cuando el asiento está en posición totalmente vertical y bloqueado.
